En la brisa suave, los recuerdos vienen,
sombras que susurran, mi alma las sostiene.
Con cada amanecer, la añoranza crece,
en el fondo del corazón, el amor no fenece.
Bailan las estrellas en la noche clara,
y en mis pensamientos, tu risa se prepara.
Las olas del mar susurran tu nombre,
fuentes de la espuma, trayendo mi hombre.
Miro el horizonte, donde el sol se eleva,
cada rayo dorado, una nueva entrega.
Tu esencia está en cada gota de rocío,
en cada latido, un eco, un brío.
Ven, mi amor, despierta el alma dormida,
en esta alborada, regálame la vida.
Tus ojos son faros que iluminan mi sendero,
y en sus profundidades, hallo lo sincero.
Recuerdos y sueños se entrelazan en danza,
la pasión que siente, arde en la distancia.
Aún en las sombras, donde el tiempo se esconde,
la luz de tu amor nunca se responde.
Así en esta orilla, donde la bruma juega,
sombras y susurros, la vida se entrega.
Y aunque la añoranza nos separe alguna vez,
sabré que en mi corazón, siempre serás tú, mi fe.
Al final del camino, cuando el día acaba,
en cada alborada, tu amor me resalta.
Las sombras se van, y la espuma queda,
un eterno abrazo, que el alma cierra.
Latin
Sombras, alborada, añoranza, alma, espuma